Violación: Víctima que denuncia a su agresor

¿Un trauma más o una liberación?

Cuando una persona tiene un accidente, es atracada o le roban, no le cuestionan la veracidad del hecho. Pero ¿por qué cuando una víctima de violación denuncia a su violador, o al de sus hijos, es cuestionado y, lo que es peor, se cuestiona a la víctima. Esto genera un trauma emocional mayor.

Entiendo que siempre hay que tener presente la presunción de la inocencia, pero una cosa es cuestionar, investigar, juntar pruebas y pedir testimonios, otra muy diferente es atacar a la víctima por atreverse a denunciar algo, que forma parte de la cultura del silencio …“el abuso sexual”. 

El camino que tiene que recorrer una víctima que denuncia a su violador es muy doloroso, estresante, solitario y traumatizante. 

En algunos países, los jueces, los trabajadores, no tienen preparación alguna sobre este

tema. Están llenos de prejuicios. Al final la víctima no solo será violentada por el violador,

sino que termina siendo “violentada” de nuevo por el sistema y la sociedad que

les da la espalda.

Lo que me movilizó a escribir sobre violación

El otro día vi una serie en la que unos policías cuestionaban el testimonio de la víctima, que denunciaba a su violador. Fue tanta la presión, el maltrato y el trauma emocional que sufrió, que ella misma optó por decir que se había inventado el abuso. Y le dijo a su psicóloga, “si tuviera que vivir esta situación de nuevo, mentiría antes y negaría lo ocurrido”.

Me pregunto: ¿Cómo es posible que una víctima, después de haber vivido esa atrocidad, piense que la mejor opción es negar la agresión?. ¿Qué es lo que está mal en la sociedad, en los profesionales?

Es por esa sensación de rabia, de injusticia, de impotencia y por el deseo de dar voz a esas mujeres que valientemente denuncian, y las que no han podido hacerlo para proteger sus vidas, que me decidí a escribir sobre este tema. 

Violación: Mi trabajo como terapeuta especialista en trauma 

En mi profesión, he visto a muchas madres luchar contra monstruos, al querer defender a sus hijos de un padre abusador. 

Las madres no solo deben pelear con los encantos de un pedófilo, que generalmente es un hombre carismático, encantador, “empático” , manipulador, gracioso y se sabe ganar el “cariño” de otros. Sino que deben demostrar que no están locas, que no son histéricas y que no mienten.

En el interrogatorio, el pedófilo sabe cómo “actuar”. Si llora, se dirá que es sensible, y que extraña a sus hijos. Pero, si es la mujer la que llora porque se siente impotente, con miedo y angustia, le ponen el cartel de histérica, problemática, que no sabe contener sus emociones. Se mirará con lupa su comportamiento. Y si la víctima de violación o abuso es un niño, se cuestionará su testimonio y, lo que es peor, debe continuar viendo a su padre. 

Me sigo preguntando… y les hago las mismas preguntas a ustedes:

— ¿No es esto traumático? 

— ¿Qué pasa? ¿Por qué se tiene la creencia que la víctima de abuso, o agresión sexual, miente?

—¿Por qué se siente más enojo hacia la víctima que sufrió el abuso, que hacia la persona que la lastimó?

Testimonio: Mi hija sufrió una violación

Recuerdo a una madre que me decía:

“… Debemos demostrar que no estamos locas, que no hemos manipulado a los niños. Si peleamos por sus derechos somos histéricas. Si queremos compartir con otros lo vivido, estamos solas…”

“… La gente no quiere saber, prefieren mirar para otro lado. Hacer como si nada ocurriera, nadie quiere involucrarse…”

“… También tengo sentimientos encontrados, no es que quiera ir por allí contando todo lo que mi hija pasó. Por supuesto que quiero proteger la privacidad de mi hija. No quiero que la estigmaticen como la niña que su padre violó. Así que trato de llevar este asunto con discreción. Esto hace que me aísle aún más…”

¿Crees que el abuso termina cuando se acaba la violación, o cuando se denuncia al violador?

Como terapeuta especialista en trauma, te garantizo que no. Muchos de los que trabajamos en esta área,  las víctimas y sus familias podemos dar testimonio de ello.  

A partir de tomar la decisión de hacer la denuncia, para muchos, la pesadilla solo está comenzando. Y esto es porque el sistema de justicia y, muchas veces el personal sanitario de muchos países, re-traumatiza a la víctima que denuncia a su violador por falta de preparación, y por su propio sistema de valores. 

Desafortunadamente hay mucho machismo alrededor de este tema. Por ejemplo si un hombre se acuesta con varias mujeres se está haciendo “hombre”, es todo un varón, pero la mujer que lo hace, es una “p…”, vagabunda.  

En conclusión: ¿La denuncia resulta un trauma emocional o una liberación para la víctima?

Los procesos son tortuosos, traumáticos y realmente agotadores. Literalmente pueden durar años. En cada paso que se da, se siente como si las propias víctimas fueran juzgadas. En cada situación se debe demostrar que se dice la verdad y, esto, muchas veces cansa y re traumatiza. Al punto de pensar en abandonar todo, retirar la denuncia y continuar como se pueda. 

Por otra parte, todos hemos escuchado en las noticias casos que han sido manipulados por influencias económicas o políticas, impidiendo que se haga justicia y poniendo en peligro la vida de la víctima.

No es de extrañar que a pesar del amor y la fuerza de una madre, una víctima de abuso, agresión sexual o violación, que lucha por justicia, a veces, desearían no haberse despertado esa mañana, y se pregunten si “está valiendo la pena todo ese esfuerzo”. 

¿Cómo lidiar con las consecuencias traumáticas de la denuncia?

¿Cómo lidiar con el trauma de la denuncia de violación?

La víctima que denuncia al violador vive situaciones que son emocionalmente impactantes, abrumadoras y amenazantes que producen un trastorno de estrés agudo y el Trastorno de Estrés Pos Traumático. Esto la afecta psicológica, física, emocional y económicamente. 

La víctima, es una persona que tiene síntomas de acuerdo a lo vivido, NO ES UNA HISTÉRICA. La persona necesitará años de terapia, para sanar las consecuencias psicológicas no solo del abuso, sino del proceso.

Violencia sexual: ¿Cómo manejar este trauma emocional?

El tratamiento toma su tiempo y, a veces, el camino puede ser largo y doloroso. El abuso obviamente nunca se olvidará, y no tiene porque, es un hecho real que ocurrió. 

Pero si sanamos el impacto que la violación tuvo en su sistema nervioso, poco a poco volverás a conectarte contigo misma, aprenderás a regularte y a sentirte segura.  

Cuando se sanen las heridas, irás recuperando la inocencia de este niño que se perdió a una edad temprana. Empezarás de nuevo a sentirte vivo, conectado, aprenderás a estar dentro de tu cuerpo de nuevo y relacionarte mejor con otros, a poner límites y empezar a confiar. Tu creatividad aumentará, te sentirás mejor contigo mismo. 

Muy seguramente descubrirás aspectos maravillosos tuyos que habías olvidado.

Como parte de tu proceso de recuperación, es importante que busques un psicólogo que te ayude. Con el que te sientas bien. Si no conoces alguno, pregúntale a tus amigos si conocen a alguien. 

Consejos para encontrar el terapeuta adecuado

Pregúntale a tus amigos o conocidos y mira si la persona a la que pides referencias, realmente ha cambiado con el tratamiento que está recibiendo. Porque puede haber terapeutas muy agradables, pero si no tienen especialidad en trauma emocional, las personas seguirán presentando los mismos problemas. 

Para trabajar con pacientes que han sufrido una violación, y que el tratamiento sea efectivo, el terapeuta necesita saber sobre trauma, tener experiencia y conocer diferentes técnicas. De lo contrario puede re traumatizar

Paso 1

Llama al terapeuta. Hazle preguntas sobre cómo trabaja, mira si te sientes cómoda/o con él o ella. Es tu derecho y esto te ayudará a llevar adelante una terapia psicológica efectiva, que realmente te ayude a sobrellevar la situación. 

Paso 2

Otra cosa importante es que el terapeuta te apoye en tu proceso, te permita sentir lo que estás sintiendo. Que te permita manejar tus tiempos, que vaya a tu ritmo, que respete tus silencios y tus espacios. 

Siempre ten en cuenta que la terapia no se maneja con agenda, que no existe una regla general que indique cómo las cosas deben ser. 

¿Qué podemos hacer nosotros como individuos?

No solo el sistema debe cambiar, nosotros como ciudadanos también. Si una persona tuviera la seguridad que, si denuncia lo que le sucedió, le van a creer y proteger, los efectos de la agresión no serían tan traumáticos y devastadores. 

Tristemente, hay miles de personas que se morirán sin haber nunca revelado su abuso. Necesitamos un sistema judicial y una sociedad dispuesta a ayudar. Necesitamos comenzar a transformar nuestra mentalidad, a ser más empáticos. 

Debemos permitirles a las víctimas que denuncian a su violador, que lo hagan de manera segura para que se sienta protegida. Así podrán transformar ese trauma.

Construyamos una sociedad que entienda por lo que pasan las víctimas de violación, y que aprenda a escuchar sin lastimar. 

Busca ayuda y empieza hoy a sanar…. ¡Yo estoy dispuesta a escuchar si tu quieres hablar!

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Martha Escamilla