

Psicología Hipnosos
tú te darás permiso de explorarlo
cuando estés list@

¿Sabías que muchas veces “la ausencia de un testigo empático en momentos difíciles” puede ser la raíz de nuestros síntomas? Esa ausencia deja una huella profunda en nuestro sistema nervioso. (P. Levine)
Yo te ofrezco no solo ser ese testigo empático sino ayudarte identificar y liberar las raíces neurofisiológicas del dolor emocional para que lo puedas transformar.
Cuando dejas de intentar “ocultar tus emociones”, la energía que antes te bloqueaba comienza a liberarse y vuelve a estar disponible para tí.
Con el tiempo, notarás que aquello que antes te paralizaba pierde fuerza.
Sanar es cuando puedes responder a tu vida desde el aquí y ahora, con mayor claridad, recursos y bienestar.
Estás leyendo mi página posiblemente porque piensas que algo puede ser diferente.
Hay pacientes que notan cambios desde la primera sesión; otros, poco a poco, van integrando lo nuevo. Porque el cambio es así: ocurre por sí solo, no se puede forzar… como el girasol, que gira en busca del sol porque no puede hacerlo de otra manera.
Seguro que hay momentos en tu vida en que te sientes frustrado y confundido. Que las cosas deberían ser diferentes te afectan mucho las criticas y reacciones con las mismas formas de siempre, te sientes paralizado, repites conductas, etc
Te voy a decir algo, no es que haya algo mal en tí. Se trata de cómo funciona tu sistema nervioso —el gran regulador de nuestras respuestas, comportamientos y experiencias—.Si este no ha tenido la oportunidad de sanar o de aprender nuevas formas de autorregulación, es muy probable que sigas repitiendo los mismos patrones de comportamiento.
Para saber más contáctame!

Comprender lo que nos ocurre es el primer paso para sanar porque
Disminuye la vergüenza, la confusión, la impotencia y nos ayuda a crear un plan de acción.
Aquí encontrarás un espacio seguro para hablar, comprender e integrar lo vivido.
La historia detrás de lo que hago
Soy psicóloga, por los últimos 35 años me he especializado en Trauma y Duelos y por ello he podido acompañar a personas que están transitando los peores momentos de sus vidas. El dolor, la confusión, el miedo y el sufrimiento son emociones que conozco y me siento cómoda trabajando con ellas.
Mi historia profesional dio un giro profundo cuando vivía y trabajaba en Nueva York durante el ataque del 11 de septiembre. Vi, a través de los relatos de mis pacientes, caer esas torres cientos de veces. Había llegado a esta ciudad años antes con el deseo de aprender más sobre tratamientos para trabajar con el trauma.
Esta vivencia reafirmó aún más mi pasión por trabajar con pacientes que han sufrido algún tipo de trauma.
La emoción que siento al ser testigo del momento en que, poco a poco la esperanza vuelve a la persona y esta se siente capaz de lidiar con la situación, no tiene palabras. Este trabajo no es solo mi profesión, es mi vocación y una forma profunda de estar en el mundo.
